El Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco (PNAJCB) se creó el 26 de junio de 1975 mediante Decreto Ejecutivo. La administración del parque le corresponde al Sistema Nacional de Áreas de Conservación que, al estar organizado en regiones, asigna esta responsabilidad al Área de Conservación Arenal Huetar Norte, con sede en Ciudad Quesada, San Carlos.
Parte de la importancia de la creación de este parque es la gran riqueza hídrica para el abastecimiento de agua potable, generación eléctrica y otros usos, que beneficia a los cantones de Sarchí, Zarcero, Grecia y San Carlos, así como la generación de energía hidroeléctrica por parte de instituciones públicas y empresas privadas.
Desde su creación el PNAJCB ha tenido una larga historia de transformación de decretos y leyes para convertirse en parque nacional con una extensión actual de 14.308 ha.
En cuanto a áreas silvestres protegidas, colinda por el sur con la Zona Protectora Río Toro (ZPRT), del ACCVC. Presenta una variación altitudinal desde 490 m.s.n.m., hasta los 2.330 m.s.n.m. en el Cerro Pelón. Se destaca por su conjunto de relieve montañoso, que abarca cerca del 95% del área, seguido por relieves plano ondulados en los valles de fondo plano y algunas pequeñas áreas altas cerca de cerros Porvenir, Platanar y Pelón.

La gestión, manejo y conservación del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, aseguran el uso sostenible de los servicios ecosistémicos generando bienestar humano para las comunidades locales y organizaciones.
Este parque debe su nombre a la riqueza hídrica de la zona y como tal ha sido uno de los objetos naturales priorizados para su gestión. Es un sistema acuático con una escala intermedia, donde de las principales montañas nacen más de 34 áreas de drenaje o microcuencas que abastecen de agua potable, para riego, ganadería y proyectos hidroeléctricos.
El Jilguero (Myadestes melanops), la Chorcha (Icterus prosthemelas), el Palmito (dulce y amargo) y las Orquídeas son objetos de escala intermedia. Las estrategias para las dos aves se deben trabajar a nivel local, aunque estás tengan una mayor distribución en el país. Por su parte, la Rana Vibicaria (Lithobates vibicarius), aunque abundante en el pasado, ahora se encuentra muy localizada en Monteverde y el PNAJCB. Por su parte, el Saino (Tayassu tajacu) tiene un hábitat promedio de 118 hectáreas.